Los jugadores de Corinthians, festejan con el título que los acredita campeones Copa Libertadores edición 2012. Foto Diario Co Latino/Xinhua/Agencia Estado.
El Corinthians reafirmó el poderío del fútbol brasileño en los últimos años y conquistó invicto su primera Copa Libertadores de América ante un Boca Juniors que termina la temporada sumergido en la incertidumbre y sin su principal estrella, Juan Román Riquelme, que anunció su salida del club.
El conjunto brasileño se impuso 2-0 en el estadio Pacaembú de Sao Paulo gracias un doblete de Emerson a los 53 y 72 minutos, suficiente tras el decisivo 1-1 obtenido en la ida en Buenos Aires.
Así, sepultó el sueño de Boca de alzarse con su séptimo título continental, que le hubiera permitido igualar a otro equipo argentino, Independiente, como el máximo campeón histórico a nivel de clubes en América.
El conjunto «xeneize» termina con las manos vacías una temporada en la que se quedó sin nafta en la recta final, cuando parecía encaminado a obtener la triple corona: Libertadores, torneo local y Copa Argentina.
Al equipo dirigido por Julio Falcioni sólo le queda la oportunidad de llevarse la Copa Argentina, pero eso sería recién en agosto ante Racing.
Por ahora, todo es lágrimas e incertidumbre para Boca, que pocas horas después de la final sufría el segundo golpe de una noche negra con el sorpresivo anuncio de Riquelme.
«No voy a continuar. Se lo comuniqué al equipo y al presidente (Daniel Angelici). Amo a este club. El compromiso es muy grande. Me siento vacío. No tengo más nada para darle», afirmó el ídolo «xeneize» en la madrugada de este jueves, confirmado su salida del club pese a que aún tiene contrato vigente.
«Es una decisión mía. Soy hincha de este club. Amo este club. No puedo jugar a la mitad. No tengo más nada. Pensé que no iba a jugar una final de Copa nunca más. He sentido cosas hermosas durante este semestre de Copa», dijo Riquelme.
El estratega señaló que solo quiere llegar a su casa, abrazar a sus hijos y pedirles «perdón» por no haber ganado la Copa en Brasil.
«Acá no puedo jugar a la mitad, tengo que hacerlo al cien por cien. Si mi hijo me pide jugar, lo haré en otro lado. He sido claro con mis compañeros. Necesito irme a mi casa, estar con mi familia, con mis amigos. Acá no puedo dar más de lo que he dado», repitió el capitán «xeneize», que así confirmó los rumores que circularon en la previa a la final.
Mientras, el Corinthians reafirmó el poderío del fútbol brasileño, campeón de las últimas tres ediciones de la Libertadores tras los títulos del Santos (2011) y del Inter (2010).
El Corinthians puso además fin a una espera de 35 años, ya que debutó en la Libertadores en 1977 y desde entonces jamás había alcanzado una final.
«Este grupo se mereció el título, porque todos trabajaron sobre la cancha, ninguno hizo más que el otro. Este título no fue de casualidad, no fue suerte, llegó por merecimiento», afirmó el entrenador Tite.
«Esta hinchada tiene 33 millones de hinchas. No tenía títulos en Libertadores. Es su primera vez. Los jugadores, comisión técnica, dirigentes y torcedores precisaban de esta conquista”, dijo por su parte Emerson, el héroe de la final.
En un encuentro deslucido, la victoria terminó siendo un premio a la ambición del equipo brasileño en la etapa final, después de unos primeros 45 minutos donde casi no hubo situaciones de gol.
Sólo las lágrimas del arquero de Boca, Agustín Orión, quien debió salir lesionado a los 33’, pusieron un poco de emoción a una primera parte soporífera.
Sin embargo, ambos equipos salieron con otra actitud en el complemento. Y fue el Corinthians el que pudo golpear primero, aprovechando la merma física del veterano equipo visitante.
A los 53’, Alex ejecutó un tiro libre y, tras una disputa en el área de Boca, el mediocampista Danilo recuperó la pelota y con un pase de taco asistió a Emerson, quien inauguró el marcador en favor del Corinthians.
El marcador adverso pareció despertar al equipo argentino, que salió a buscar al menos un empate para llevar a la prórroga la definición del título.
Pero Boca se descuidó en el fondo y lo pagó caro. A los 72’ un error de Rolando Schiavi regaló a Emerson su segundo tanto de la noche. El artillero brasileño ganó en velocidad a Matías Caruzzo y sentenció la historia con una exquisita definición.
Al final del partido, el carnaval estalló en las gradas del estadio Pacaembú, donde la hinchada festejó con entusiasmo su primera título y la contundente victoria de su equipo ante el «hexacampeón» de la Libertadores de América, que cierra la temporada con las manos vacías.