Incidentes afuera del Estadio Mineirão.

Brasileños disconformes por políticas gubernamentales

Mientas juega su selección, Belo Horizonte es una caldera: los indignados insisten en su pedido de castigo a los corruptos. Corte Suprema envía a diputado a la cárcel. Máxima tensión en todo el país con las revueltas.

BELO HORIZONTE, Brasil (AFP) – Miles de manifestantes marchan cerca del estadio de Belo Horizonte antes de la semifinal Brasil-Uruguay por la Copa Confederaciones, mientras la Corte Suprema envió por primera vez a la cárcel a un legislador, en medio de históricas protestas que exigen castigar a los corruptos.

Cerca de 15.000 manifestantes -según la policía- protestan pacíficamente en Belo Horizonte antes del partido, y miles más se les van sumando. La policía teme que hasta 100.000 personas marchen hasta los alrededores del estadio Mineirao, protegido por una barrera policial, y que estalle la violencia durante el partido, que comienza a las 16h00 (19h00 GMT).

Los jugadores de ambas selecciones llegaron al estadio en micro y no en helicóptero, como se especulaba.

Más temprano, manifestantes bloquearon cinco rutas e incendiaron un autobús en la periferia de Belo Horizonte, que con 5,5 millones de habitantes es la tercera metrópoli de Brasil. La policía desbloqueó luego las carreteras.

En Brasilia, la presidenta Dilma Rousseff recibió a los principales sindicatos, que mantienen un “día de lucha” el 11 de julio, en medio de la ola de protestas que agita al país desde hace dos semanas.

Tras históricas protestas callejeras en todo el país, las reivindicaciones de los manifestantes comienzan a ser escuchadas.

La Corte Suprema ordenó este miércoles la prisión inmediata del diputado Natan Donadon por desvío de fondos públicos, adoptando esta decisión por primera vez para un legislador en funciones desde que fue aprobada la Constitución de 1988.

El lunes, el Congreso rechazó masivamente la propuesta de enmienda constitucional PEC37, que limitaba el poder de la fiscalía para investigar delitos de desvíos de fondos públicos, y que según los manifestantes aumentaba la impunidad de los corruptos.

Tras años de bloqueo, la Cámara de Diputados aprobó destinar un 75% de las regalías del petróleo para educación y 25% para la salud. El proyecto deberá ser aprobado ahora por el Senado y hay tramos que pueden ser vetados por la presidenta, que quería el 100% para la educación.

Rousseff afina asimismo con el Congreso los detalles de un plebiscito para hacer una reforma política que debería entrar en vigencia para las elecciones presidenciales de octubre de 2014, sin recurrir por ahora a una Asamblea Constituyente por falta de tiempo.

Otras manifestaciones están previstas en ciudades como Brasilia, donde se prevé que marchen 40.000 personas.

 

Las manifestaciones en Brasil se iniciaron hace dos semanas contra el aumento del precio del transporte, en un contexto de inflación elevada y bajo crecimiento económico.

 

Luego fueron sumando reclamos por servicios públicos de mejor calidad, combate a políticos corruptos y contra los millonarios gastos estatales para el Mundial 2014 en vez de en salud, educación y transporte.

 

La policía prevé que la protesta en Belo Horizonte alcance proporciones “sin precedentes”, indicó el coronel Marcio Sant’Ana.

 

El gobierno de Minas Gerais informó que 1.500 soldados apoyarán a 5.700 policías y miembros de la Fuerza Nacional (fuerza de élite de la policía federal) y a unidades de bomberos que están en alerta por si la manifestación degenera, como ha sucedido en varios casos.

 

“Hemos instalado un cordón de seguridad para separar a los hinchas de los manifestantes, pero es posible que haya confrontaciones. Eso es inevitable y estamos preparados para problemas”, dijo un portavoz militar a la AFP junto a las barreras metálicas instaladas alrededor del estadio Mineirao.

 

Unas 70.000 personas marcharon el sábado en Belo Horizonte durante el partido México-Japón. La protesta terminó con 37 heridos, incluidos cinco policías, y 22 detenidos tras saqueos, actos de vandalismo y agresiones.

 

AFP